Reconozco que últimamente ando
más seriéfilo que de costumbre –supongo que hasta que llegue el Festival de
Sitges y las tres o cuatro películas diarias-. A la cuarta temporada de Bojack Horseman -triste, original y
maravillosa, como de costumbre- le ha seguido la segunda de One Mississippi -qué gran magnetismo el
de Tig Notaro y qué forma de acabar cada capítulo-, y ahora ando recuperando
una serie a la que no presté demasiada atención en su momento: The Big C, en la que Laura Linney -entre
lo mejor de la reciente y entretenidísima Ozark-
da vida a una mujer de 42 años que decide no contarle a su familia que le han
diagnosticado cáncer.
¿Por qué me ha dado por ver esta
serie estrenada por Showtime en 2010? Entre otras cosas, por lo mucho que había
disfrutado del trabajo de la actriz en Ozark,
pero sobre todo por estar disponible en el catálogo español de Amazon Prime
Video; y es que, tras largos meses de espera, la plataforma de ‘vídeo en
demanda’ del gigante electrónico por fin ha llegado a PlayStation3 -suelo
afirmar que no invertiré en una nueva consola hasta que lleguen The Last of Us 2 o Elder Scrolls VII…-. La app está
a años luz de la de Netflix, pero los buscadores de historias y emociones audiovisuales
siempre agradecemos tener más opciones dónde elegir.
Amazon no ha llegado solo a PS3,
sino que lo ha hecho casi al mismo tiempo que otro de los titanes del sector:
HBO. De todas formas, en casa ya hemos decidido que la suscripción a esta última
plataforma tendrá que esperar al estreno, en octubre, de la novena temporada de
nuestra comedia favorita en antena: Curb
Your Enthusiasm -emitida en su día por La Sexta bajo el nombre de El Show de Larry David y con un doblaje
realmente infernal-; parece mentira que hayan pasado ya siete años desde el
final de la octava entrega de las aventuras protagonizadas por el co-creador de
la mítica Seinfeld. Hay muchas ganas
de ver de nuevo a Larry y Cía.
PD. Es evidente que cada vez
tenemos más variedad de series y películas a nuestra disposición; y no solo en
el caso de los jóvenes y adultos: los ‘más peques de la casa’ -nunca pensé que
fuera a utilizar esta expresión por escrito…- tienen hoy a su alcance una
programación infinitamente más extensa que la que existía en décadas pasadas.
El otro día unos amigos vinieron a casa con su hija y, aunque se pasó la tarde
viendo capítulos de Pocoyó o Peppa Pig, solo en el perfil infantil de
Netflix tenía decenas y decenas de contenidos a su alcance. Muchos de los niños
y niñas de esta generación nunca sabrán lo que era tener que esperar al fin de
semana para poder ver series infantiles o dibujos animados, y en el fondo… eso
no tiene nada de malo.
Publicado en La Voz de Almería (22-9-17)