Verano de 2018. Ya están aquí el calor, los mosquitos, los bañistas, los programas de TV repetidos y... nuestros amados/odiados blockbusters -aunque cada vez la época estival tenga menos importancia y las cintas más taquilleras se estrenen en otros meses del año-. Por mi parte, hasta el momento he decidido ahorrarme Jurassic World: el reino caído -creo que la cinta original es la única que he disfrutado realmente-; espero como auténtico maná caído del cielo Misión Imposible: Fallout -prometo que será la primera película sobre la que hablaré a la vuelta de vacaciones y... no volverá a 'dar la lata'-; iré al cine también a ver Ant-Man y la Avispa esperando al menos un digno entretenimiento -y, a poder ser, alguna escena post-crédito que alivie la tensión hasta Los Vengadores 4-; y aunque nunca he sido un enamorado de Los Increíbles, es evidente que todo lo relacionado con Pixar y Brad Bird es de obligado visionado.
Verano de 2008. En esta columna solemos retrotraernos a épocas pasadas y, sobre todo, al mítico verano de 1996 -Misión Imposible, La Roca, Twister...-, pero, ¿qué se estrenó por estas fechas hace 'solo' diez años? La primera parte de Kung Fu Panda, por ejemplo; la verdad es que no me entusiasmó demasiado, pero sí la segunda película que vi aquella noche en los cines de verano de Aguadulce: Venganza, el inicio del romance de Liam Neeson con el cine de acción -y también del romance de los espectadores con este 'nuevo' icono del género-. Aquel fue también el verano de la segunda secuela de La Momia -del todo prescindible, en mi opinión- o de Wall-E -que, como me pasa con casi todas las películas de Pixar, me parece que va de más a menos-; la cinta de Pixar la vimos en el Yelmo de Roquetas, al igual que El caballero oscuro -curiosamente, la fundacional Iron Man se había estrenado solo unos pocos meses antes.
Verano de 1998. Para despedir esta columna y también esta temporada de La última escena, ¿por qué no retroceder otros diez años en el tiempo? Aquí la lista es larga y creo que la dividiré por los lugares en que vi cada película: de Secuestro no recuerdo casi nada, pero sí que la vendían como el debut en la dirección del guionista de El fugitivo, y que la vi en una de las salas pequeñas de los Cines Imperial; Deep Rising la vi en los cines de verano de Aguadulce -y lo cierto es que últimamente tengo ganas de volver a verla-; Seis días y siete noches tocó en el Cervantes -cuánto encanto tenía ir allí a ver cualquier película-; y como por aquel entonces pasábamos algunos veranos en Madrid, fue en aquella ciudad -plagada de pósteres de ¡El coyote: la película!- donde vi Perdidos en el espacio, Armageddon, Godzilla o Arma Letal 4...
Publicado en La Voz de Almería (6-7-18)